¿Qué son los criterios de evaluación?

Si eres docente de reciente incorporación, o estás preparándote para entrar en esta profesión, es probable que no hayas podido ocultar tu cara de asombro cuando algún compañero o compañera te arrojaba una lapidaria frase del tipo:

"No estás evaluando conforme a normativa, debes hacerlo por criterios"

Después de reponerte de los fríos sudores que a buen seguro recorren tu espalda, y responder con cualquier excusa, es probable que hayas venido a parar a esta página.

Profesora preocupada

El reto de la evaluación

En numerosas ocasiones nos vemos inmersos, como profesores, en numerosas tareas burocráticas asociadas a la evaluación, cambios de normativas o interpretaciones de las mismas que nos restan tiempo de la que debería ser nuestra principal tarea: hacer un seguimiento preciso del proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes, y formarnos en nuestras respectivas materias lo más ampliamente posible.

A lo largo de estas líneas vamos a explicarte qué son exactamente los criterios de evaluación (c.e.), qué ventajas y desventajas pensamos que tienen para evaluar al alumnado, y cómo puedes utilizar la herramienta Evaluador Criterial para evaluar de la manera más cómoda posible a tu alumnado, y aún así, hacerlo conforme a las directrices vigentes en las administraciones educativas.

Además, nos proponemos utilizar un lenguaje sencillo, alejado de las burbujas de palabras asociadas a la evaluación y a la educación que han proliferado en los últimos años en nuestro ámbito. ¿Empezamos por el principio?

Concepto de criterio de evaluación

Podemos entender un criterio de evaluación como un indicador de referencia que utilizar para valorar el conocimiento, rendimiento, progreso y competencias adquiridas por los estudiantes durante el proceso de aprendizaje. Se trata, en definitiva, de una herramienta con la que verificar la consecución de unos objetivos o resultados del proceso de aprendizaje.

En la actualidad, los criterios de evaluación en formación profesional, y también en secundaria y bachillerato, forman parte del currículo de cada uno de los módulos profesionales (o asignaturas), y como tal vienen recogidos en la normativa vigente.

Ejemplos

En el ciclo formativo de grado superior de Desarrollo de aplicaciones web, cuyo currículo de enseñanzas mínimas está establecido en el Real Decreto 405/2023, de 29 de mayo, aparecen, para el módulo de Bases de datos, entre otros los criterios:

  • 1.b) Se han identificado los distintos tipos de bases de datos según el modelo de datos utilizado.
  • 1.c) Se han identificado los distintos tipos de bases de datos en función de la ubicación de la información.
  • 4.a) Se han identificado las herramientas y sentencias para modificar el contenido de la base de datos.

El currículo educativo de una materia, un módulo profesional, o una asignatura no es más que su plan de estudios.

A nivel legislativo, fue la LOGSE la primera en concretar qué se entiende por currículo: se trata del conjunto de objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada uno de los niveles, etapas, ciclos, grados y modalidades del sistema educativo que regulan la práctica docente.

Funciones de los criterios de evaluación

  1. Guía para el aprendizaje:
    • Al darlos a conocer al alumnado, y ser públicos, tienen una función formativa clara: ayudan a los estudiantes a comprender qué se espera de ellos y a orientarse en su proceso de aprendizaje.
  2. Herramienta para los docentes:
    • Proporcionan a los docentes una referencia para planificar sus enseñanzas y evaluar el progreso de los estudiantes de manera sistemática y objetiva.
  3. Retroalimentación:
    • Permiten proporcionar retroalimentación constructiva a los estudiantes, señalando sus fortalezas y áreas de mejora.
  4. Mejora continua:
    • Facilitan la identificación de aspectos del currículo y de la enseñanza que pueden requerir ajustes para mejorar la calidad educativa.

Al estar recogidos en la ley, se pretende homogeneizar el proceso de evaluación en los distintos centros del estado. Así, existen criterios de evaluación mínimos, recogidos normalmente en reales decretos como el señalado, y en ocasiones también legislación autonómica que puede complementar o ampliar a estos.

Aunque los criterios de evaluación son claros y específicos en la ley, permiten cierta flexibilidad para adaptarse a diferentes contextos educativos y a las necesidades particulares del alumnado.

Como referentes de evaluación, los criterios son elementos orientadores de nuestra labor docente. En ese aspecto, y a pesar de los matices que muchos encontrarán, tienen una función similar a los contenidos pedagógicos, pero formulados de una manera más precisa y granular.

Los criterios de evaluación en la nueva formación profesional

En la actualidad la formación profesional se encuentra inmersa en un proceso de cambio que pretende convertirla en una palanca de transformación económica y social para el país. Veamos la estructura que presenta esta nueva formación profesional, para poder encuadrar en ella los criterios de evaluación.

Marco legislativo

La ley de educación vigente en la actualidad es la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo (LOMLOE). En ella, y en relación a la formación profesional, se pretende:

  1. Mejorar el reconocimiento social de los itinerarios formativos, aumentando la vinculación de los mismos a los tejidos productivos.
  2. La flexibilización de las enseñanzas y la agilización de los procesos de incorporación de nuevos contenidos.

Al amparo de la misma, y siguiendo la Recomendación del Consejo de 24 de noviembre de 2020 sobre la educación y formación profesionales para la competitividad sostenible, la equidad social y la resiliencia 2020/C 417/01, se publican dos textos de particular importancia:

Una estructura más modular

Tanto en la nueva estructura de la formación profesional como en en la anterior, las administraciones educativas establecen que el profesorado debe utilizar los criterios de evaluación como referente para acreditar si los objetivos de un determinado módulo se han alcanzado. Estos objetivos se denominan resultados de aprendizaje.

Los objetivos que los estudiantes deben alcanzar en un módulo vienen descritos en forma de resultados de aprendizaje. Cada resultado de aprendizaje consta de varios criterios de evaluación.

Observa la siguiente tabla:

R.A.1.
Reconoce los elementos de las bases de datos analizando sus funciones y valorando la utilidad de los sistemas gestores.
1.a)
Se han analizado los sistemas lógicos de almacenamiento y sus características.
1.b)
Se han identificado los distintos tipos de bases de datos según el modelo de datos utilizado.
1.c)
Se han identificado los distintos tipos de bases de datos en función de la ubicación de la información.
1.d)
Se ha evaluado la utilidad de un sistema gestor de bases de datos.
1.e)
Se ha reconocido la función de cada uno de los elementos de un sistema gestor de bases de datos.
1.f)
Se han clasificado los sistemas gestores de bases de datos.
1.g)
Se ha reconocido la utilidad de las bases de datos distribuidas.
1.h)
Se han analizado las políticas de fragmentación de la información.
1.i)
Se ha identificado la legislación vigente sobre protección de datos.
1.j)
Se han reconocido los conceptos de Big Data y de la inteligencia de negocios.

Como ejemplo, el resultado de aprendizaje 1 del módulo Bases de datos del ciclo formativo de grado superior de Desarrollo de aplicaciones web, tal y como se recoge en el Real Decreto de contenidos mínimos señalado anteriormente.

Aunque esta organización no ha cambiado respecto a la anterior ley, el encuadre y sentido que van a tener a partir de ahora estos elementos curriculares es diferente. Veamoslos en detalle.

Uno de los principales cambios derivados de los textos legislativos indicados anteriormente es una nueva ordenación de la formación profesional en España en la que se unifican los dos sistemas creados con la Ley Orgánica 5/2002 de las Cualificaciones y la Formación Profesional (hablaremos de ella más abajo).

Esta nueva estructura pretende modularizar la formación profesional de modo que, desde la perspectiva del estudiante, se puedan ir acreditando, de diferentes modos, lo que se conocen como estándares de competencia.

Los estándares de competencia describen el desempeño de las actividades y las tareas asociadas al ejercicio de una determinada actividad profesional, con el estándar de calidad requerido, y sirven por tanto para acreditar la cualificación de un profesional para realizar una tarea. Además, son reutilizables, y una vez alcanzados no hay que volver a acreditarlos.

Analogía de cualificaciones y estándares de competencia con el juego del tangram

Las cualificaciones se componen de estándares de competencia

Podemos hacer una analogía entre el juego del tangram y los estándares de competencia. Los estándares de competencia serían como los bloques geométricos con los que puedes construir figuras. A través de formación, el estudiante puede conseguir nuevos bloques que podrá combinar para crear “figuras”, esto es, una determinada cualificación. Estos bloques, una vez acreditados, acompañan lo acompañan a lo largo de toda su vida.

Los estándares de competencia indicados están compuestos de elementos de competencia, que son referentes para definir el comportamiento esperado de una persona en el desempeño de una profesión, y es en base a estos que se crean los resultados de aprendizaje, que sería lo que se espera que un estudiante conozca, comprenda y sea capaz de hacer cuando finalice la formación.

Finalmente, los criterios de evaluación, tal y como venía ocurriendo hasta ahora, nos ayudaran a verificar que, efectivamente, a través de la formación recibida se ha alcanzado un resultado de aprendizaje dado.

Composición de los estándares de competencia

De los estándares de competencia a los criterios de evaluación

La imagen ilustra la composición de los estándares de competencia, y como se relacionan con los resultados de aprendizaje y los criterios de evaluación. Los estándares de competencia son elaborados por las autoridades en base a unos indicadores de calidad que establecen el mínimo exigido en el ámbito profesional para el desempeño de una tarea determinada.

Definiciones

Ahora que tenemos una visión más global de la nueva estructura de formación profesional, y el contexto en el que se ubican los criterios de evaluación, estamos en condiciones de profundizar en algunas definiciones que nos podrán ser de utilidad.

Elemento de competencia

Se trata de cada realización profesional que describe el comportamiento esperado de la persona, en forma de consecuencias o resultados de las actividades que realiza en el desempeño de una profesión.

Estándar de competencia

Conjunto detallado de elementos de competencia que describen el desempeño de las actividades y las tareas asociadas al ejercicio de una determinada actividad profesional con el estándar de calidad requerido.Será la unidad o elemento de referencia para diseñar, desarrollar y actualizar ofertas de formación profesional.

Los estándares de competencia equivalen a lo que en la antigua formación profesional eran las unidades de competencia, y se organizarán por familias profesionales y por niveles en función de la complejidad de las tareas que describen.

Resultado de aprendizaje

Elemento básico del currículo que describe lo que se espera que un estudiante conozca, comprenda y sea capaz de hacer, asociado a un elemento de competencia y que orienta el resto de elementos curriculares, incluidos los criterios de evaluación.

Criterio de evaluación

Como dijimos anteriormente, un criterio de evaluación es un indicador de referencia que utilizamos en el ámbito de la evaluación de nuestro alumnado para valorar la consecución de un determinado resultado de aprendizaje.

Catálogo Nacional de Estándares de Competencias Profesionales

La nueva ley modifica el actual Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales (CNCP), y crea el Catálogo Nacional de Estándares de Competencias Profesionales (CNECP), alineando la denominación con el significado que tiene en los países de la Unión Europea.

Dado que aún no está plenamente desarrollado el reglamento relativo al CNECP, aún mantiene vigencia la ordenación del CNCP, según queda recogido en la disposición transitoria tercera de la Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo.

Evaluación en la nueva ley

La evaluación en el nuevo sistema de ordenación de la formación profesional pasa a estar explícitamente centrada en la adquisición de los resultados de aprendizaje. La ley establece, en su artículo 26 que esta:

  • Deberá verificar la adquisición de los resultados de aprendizaje.
  • Deberá basarse en la comprobación de los resultados de aprendizaje.

¿Es necesario cuantificar con una nota cada criterio?

Según lo expuesto hasta ahora, parece claro que los criterios de evaluación surgieron con nobles propósitos para asistir en los procesos de evaluación a los docentes y estudiantes. Hay, pues, propósitos formativos, propósitos de objetivación, y también de estandarización.

Sin embargo, en los últimos años las administraciones educativas autonómicas, en su mayoría, han considerado necesario que, en aras de estos objetivos, los docentes debamos proporcionar una nota para cada criterio. A esto, de manera simplificada, lo han llamado evaluación criterial, y es precisamente donde el problema empieza a volverse complejo de gestionar para el profesorado, impidiéndonos en numerosas ocasiones, centrarnos en lo verdaderamente importante: el proceso de aprendizaje de cada estudiante. Las razones, y una propuesta de solución, te la contamos en su propio artículo: la evaluación criterial en formación profesional.

Conclusión

Debido a la flexibilización y y el carácter "portable" con que las autoridades educativas quieren dotar a la formación profesional, los criterios de evaluación han pasado progresivamente de ser un mero elemento referencial a ser un elemento central en la evaluación del alumnado.

Este nuevo sistema de la formación hace mucho más versátil la formación, y mucho más adaptable al empleo. Por el contrario, esta simplificación para el estudiante complica notablemente la labor de evaluación y programación de los módulos para el profesorado. Por ejemplo en una misma clase de un módulo de un ciclo formativo podrían convivir alumnado con resultados de aprendizaje ya superados y no superados.

Esta complejidad implica nuevas exigencias que, unidas a una implantación apresurada y falta de información al profesorado, ha derivado en una fuente de conflicto entre éste y las administraciones educativas. El profesorado se encuentra a menudo desorientado en su realidad concreta, y perdiendo el foco de su labor principal: dedicar sus recursos a formarse técnicamente y atender al proceso de formación de sus estudiantes de la forma más individualizada posible.